Comienza a refrescar por la provincia de Guadalajara. Es
febrero y el invierno ha llegado tarde, pero con fuerza, y no es fácil
encontrar un fin de semana que invite a viajar por el norte de la provincia a
pecho descubierto. Aunque no os equivoquéis, Guadalajara merece la pena en
cualquier época del año. Cada estación tiene sus matices. Otra cosa es el
estado de ánimo.
Hoy os propongo una ruta cómoda que no quiero llamar fría
sino escalofriante. Hoy viajaremos hasta Cifuentes y desde allí caminaremos
hacia la Cueva del Beato, un lugar cargado de misterios y leyendas, con crimen
incluido.
Los cifontinos presumen de capitalinos y no les falta razón.
Cifuentes, para muchos capital de la Alcarria, está ubicada en el centro
geográfico de la provincia. Además, siempre fue un pueblo altivo, con grandes e
importantes señores, los Silva y los Mendoza, entre otros, incluso de sangre
real, como don Juan Manuel, sobrino de reyes, al que se debe su castillo; de
ahí que conserve importantes monumentos.
Pasear por Cifuentes permite poder ver un castillo medieval
tal y como se construyó hace 700 años, claustros y restos de monasterios, una
iglesia de las más espectaculares de la provincia, picota, una plaza con
soportales castellanos y algunos palacetes con sus escudos incluidos. Una hora
de paseo agradable por la localidad natal de la enigmática princesa de Éboli.
Un ligero recorrido por la historia de España a través de un ramillete de
monumentos, donde no falta una simpática calle que lleva el nombre de Cristo de
la Repolla, cuya historia os emplazo a que la preguntéis in situ.
Pero sin duda uno de los grandes atractivos es el agua. El
Pueblo de las cien fuentes o de las siete fuentes, según las interpretaciones,
es el manadero del río Cifuentes que acaba desembocando en el Tajo, en uno de
los recorridos más cortos de un río que se conocen en España. El rincón del
Molino de la Balsa, es una muestra medieval y hermosa de tanta desmesura.
Frescor, vida y naturaleza generosa terminan de poner la guinda a uno de esos
pueblos imprescindibles. Además, cuenta con una oficina de turismo bien
atendida, donde nos informan de todo lo que tengamos menester, de manera
precisa y eficaz.
Pero como hemos venido a andar, antes o después de pasear por
el pueblo, os propongo acercaos hasta la ermita de la Cueva del Beato. El
camino no tiene pérdida y el paseo, poco más de media hora de ida y otro tanto
de vuelta, es cómodo, a la vez que agradable, ilustrativo y misterioso … con un
punto de esotérico.
La ruta transcurre entre pinos. En septiembre se celebra una
romería y no es de extrañar que haya sido siempre un lugar apreciado por los
que huyen del mundanal ruido en busca de soledad y oración. Cuentan que en este
paraje, allá por el siglo XVII, sucedió un milagro el día de San Blas, ayer
hizo 343 años. Los lugareños, según desfilaban en procesión hasta la ermita y
cueva de San Blas, que así se llamaba este entorno entonces, vieron aparecer en
el cielo “dos soles que acompañaban al astro rey y otras portentosas figuras de
medias lunas y un arco con su saeta y un arco iris que unía los dos soles”. Un
hecho del que quedó constancia por escrito y que en realidad se trataba de un parhelio,
que es un fenómeno óptico asociado con la reflexión y la refracción de la luz,
producto de una gran cantidad de partículas de hielo en las nubes en forma de cirro.
Ahora hace frío, pero entonces hacía más. La cita está recogida por mi amigo
Ángel de Juan del libro de Romerías de la Alcarria Alta.
Pero por si este misterio fuera poco, hace un siglo y un
decenio, en 1905, fue asesinado en este paraje el beato Bibiano Gil a manos de
un pastor y de su mujer que vivían en el piso inferior del edificio adosado a
la ermita donde habitaba el beato. El pastor confesó el crimen el mismo día que
apareció el cadáver de Bibiano en la Cueva del Fraile, distante a algo más de
un kilómetro de la Cueva del Beato y situada en la Serrezuela de Val de San
García. No se llevaban bien pastor y beato y la cosa acabó como acabó. Hoy
estas historias sirven de reclamo para visitar un lugar agradable con unas
interesantes vistas al corazón de la Alcarria.
De regreso al pueblo hay varios restaurantes donde comer en
Cifuentes, por estas páginas ya han aparecido algunos. Os aconsejo tres: Los
Gallos, Casa David y La Esquinita, en cualquiera comeréis bien y os llevaréis
un buen sabor de boca, os lo seguro.
QUE BUENOS RECUERDOS ME TRAE LA CUEVA DEL BEATO, AHI PASE LOS PRIMEROS AÑOS DE MI VIDA.
ResponderEliminarLa ciudad de mi família, encantadora!
ResponderEliminarMe parece raro que nadie se haya interesado en saber quien escribió el comentario de fecha10 de febrero de 2016, para el que le interese fue GERMAN GARCIA ALCOCER Y SU FAMILIA, quienes vivieron allí unos 11 0 12 años,Mi hermano mayor y yo hicimos la comunión en la Iglesia de Cifuentes.
ResponderEliminarDejamos aquella casa cuando al Hermano Andrés se lo llevaron al Obispado de Sigüenza y como conservo muy buenos recuerdos de aquellos tiempos, he vuelto en varias ocasiones para las fiestas, la última vez fue hace 12 años y quede impresionado y decepcionado del lamentable estado en que se encuentra aquello, menos mal que la iglesia si esta bien mantenida, durante varios años fui al colegio con Doña Pepita y mis padres tenían una bonita amistad con ella su hermana y sus hijas Angelínes , Maricarmen y Pilar, también conocíamos y teníamos muy buen trato con el Cura Párroco D.Aniceto y la guardia civil de aquellos tiempos., próximamente iré con mis hijos y nietos para enseñarles aquello.
Mi padre junto con el tío Calisto llevaban y hacienda que creo que era la de D.Cesario
Saludos
Felipe García.77 años