miércoles, 18 de marzo de 2015

En busca del nacimiento del río Sorbe



¿Os habéis preguntado alguna vez dónde nace el agua que bebéis? Hoy os propongo un paseo en busca del nacimiento del río Sorbe. La ruta parte desde la plaza Mayor de Galve, delante del rollo y se tarda unas tres horas en completarse, entre la ida y la vuelta. Galve de Sorbe es el único pueblo de Guadalajara con dos picotas. La de la plaza es del siglo XV y simboliza la categoría de villa que le concedió Felipe II. El rollo marca además el punto de altitud del pueblo, 1364 metros sobre el nivel del mar. El de hoy es pues un viaje de altura.




Partiremos de la calle Iglesia Vieja, a la izquierda del edificio del ayuntamiento y, tras atravesar el arroyo de la Hoya llegaremos al cementerio, situado a los pies del castillo. Os aconsejo que subáis para disfrutar de unas vistas grandiosas. La subida es empinada pero no mucho. La fortaleza se asienta sobre un cerro plano desde el que se divisa el Alto Rey, la sierra de Pela, el Hayedo de Tejera Negra, el macizo de Ayllón, y buena parte de la Sierra del Ocejón.



La Asociación Castillo de Galve lleva desde 2006 luchando por la recuperación de un edificio que está catalogado como Bien de Interés Cultural. Es un edificio del siglo XV mandado construir por la familia Estúñiga, un linaje de nobles descendiente de los reyes de Navarra. Por entronques familiares acabó en manos de la Casa de Alba en el siglo XX. La duquesa tenía el título de condesa de Galve, pero se deshizo del castillo en 1971. El edificio se subastó ese año junto a otra media docena de castillos de la provincia. El de Galve fue el que obtuvo una puja más alta: se adjudicó a un empresario catalán por 1,2 millones de pesetas. Éste, a su vez, lo revendió a su actual propietario, quien hizo una intervención a comienzos de los ochenta sin una dirección técnica adecuada y Bellas Artes le paró las obras, así que desde hace 30 años, el edificio se ha visto abocado al abandono y la degradación.


Actualmente, y dado que el propietario no se ha avenido a negociaciones, la Junta de CLM decidió en febrero de 2014 incoar un expediente de sanción, a ver si actúaba de efecto disuasorio para forzar al dueño a intervenir o a soltar el castillo. Pero ni una cosa ni la otra. El expediente sigue sin cerrarse, el propietario continúa de brazos cruzados y el castillo sigue sufriendo desprendimientos. Una pena, como tantas otras.


Desde el punto de vista artístico, la parte más destacada es la Torre del Homenaje, que Layna Serrano calificó como “la más bella de los desmochados castillos de la provincia de Guadalajara”. No se puede acceder al edificio y es mejor porque sería peligroso.



Una vez venteados ojos y pulmones, el viajero debe bajar para incorporarse de nuevo al camino y tomar la pista a la izquierda en dirección a Campisábalos. El camino que une Galve y Campisábalos tiene algo más de ocho kilómetros y fue asfaltado hace cinco años, pero  quien desee caminar sin pisar alquitrán, lo puede hacer siguiendo la marcha por el agradable paseo que acompaña a la carretera.



El camino atraviesa la dehesa de Galve, un paraje que antiguamente se aprovechaba para la siembra y ahora es usado para el pasto de las vacas. Galve de Sorbe es uno de los pueblos con mayor cabaña ganadera de la sierra de Guadalajara. Más de mil cabezas de ganado pastan por los alrededores de  un pueblo que no llega a 140 personas censadas.




 Tras cuatro kilómetros de recorrido, el viajero llega a un cruce de tres caminos: el que viene de Galve, el que sigue a Campisábalos y el que permite acceder a Condemios de Arriba. En ese punto se encuentra el campamento del Molinillo, actualmente medio abandonado y en muy mal estado.
Atravesando el campamento llegaremos hasta las charcas de las que mana el Sorbe, un conjunto de arroyuelos que embalsan sus aguas en una dehesa rodeada de pinos y robles centenarios. En este entorno austero pero sugerente nace el agua que  después hemos de beber casi todos, porque los vecinos de Galve abren el grifo y beben la que brota del manadero del Soto… Cosas que pasan.

Se me olvidaba, en Galve no sólo hay agua, también hay vino y buena carne, como no puede  ser de otra manera, en el Hostal del Pinar. Un sitio más que recomendable, con buenos hongos y deliciosos postres caseros  que ya hemos recomendado en alguna ocasión. 

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